sábado, 4 de julio de 2015

¡Canelita en rama, ahí es ná!



  A estas alturas del partido no vamos a descubrir Toledo a nadie.

  Toledo es una maravilla, sí, pero precisamente por su peculiar orografía, sus calles estrechas y su afluencia de turistas, subir al casco histórico (aun siendo de aquí) es un suplicio.Lo mejor es aparcar en uno de los aparcamientos gratuitos y subir cómodamente en los remontes mecánicos hasta el mismo centro histórico. 
  En una de estas idas y venidas del aparcamiento de la estación de autobuses a las escaleras mecánicas que te dejan en el Miradero (no digas "mirador" que sabrán que no eres de aquí) nos llamó la atención el nombre de un local que había surgido en lo que antes era un concesionario de coches: "Canelita en rama"... aunque sólo fuera por su facilidad para aparcar, ya que estaba en una zona de paso, había que probarlo.
  Canelita en rama no es un restaurante propiamente dicho, es más bien una cafetería que sirve platos del día, hamburguesas, ensaladas, helados, postres... ¿cual es la diferencia? La burocracia, básicamente.
  Se trata de un local desenfadado, donde uno puede parar a comprar agua o el pan, tomarse un café o como nosotros ir directamente a comer.

  La carta incluye ensaladas, hamburguesas, sándwiches, pizza, bocadillos y raciones a unos precios realmente buenos por la cantidad, la calidad y por tratarse de una ciudad como Toledo especializada en turistas (con lo que eso conlleva).
Nosotros estuvimos a la hora de comer y después de hojear la carta nos dijo que además tenían como plato del día brochetas de pollo con verduras. Así que pedimos como primeros ensalada con queso de cabra y ensaladilla y como segundos ambos optamos por las brochetas.


La ensalada de queso de cabra muy rica, con frutos secos, brotes de lechuga, tomate y huevo duro. Un plato fresco pero contundente.
La ensaladilla también muy buena, con la patata en su punto, cocida pero manteniendo su integridad (y su dignidad, incluso), ya que ahora abundan las patatas hechas puré; abundante atún y con unas rodajas de pepino que se salen un poco de lo "canónico".
Las brochetas fueron todo un acierto: pollo con verduras. Nada más y nada menos que en su punto, bien marcado pero sin quemarse, y lo mejor de todo: acompañado de unas patatas panaderas realmente ricas. 
Como postre pedimos tartaleta de manzana que acompañaron con unas trufas exquisitas y un café Camali (mi preferido).

  Debemos volver porque queremos probar las hamburguesas y esos croasanes vegetales que dicen "cómeme".

  En resumen, un sitio muy recomendable, tranquilo, con un trato amable y cercano. Lejos del bullicio, pero a un paso de Zocodover (si empiezas) o del coche (si acabas).




sábado, 9 de mayo de 2015

La Fakultad. Digna de estudio

  Talavera de la Reina con más de 88.000 habitantes es el municipio mas poblado de la provincia de Toledo, dista 120 kilómetros de Madrid y es paso obligado para los conductores que circulan por la A-5 hacia Cáceres, Badajoz, Portugal o Andalucía. Es por tanto una tierra de paso, más que un destino en si mismo.

  No es sólo la "capital" comercial del oeste de la provincia de Toledo, también ejerce como tal con muchos pueblos de Cáceres y Ávila, pero si por algo es conocida Talavera es por su cerámica, de ahí su título honorífico de "Ciudad de la Cerámica".

  Con la apertura del campus universitario en 1994 la ciudad se llenó de jóvenes universitarios y con ellos el auge de los bares, discotecas y pubs. Si preguntas a alguien de Talavera (o de cerca) por el bar o cervecería mas famoso, seguramente que dirán que es La Fakultad.

  La Fakultad la conocimos a través de un amigo de Talavera sobre el año 2000 y desde entonces no hemos dejado de acudir con más o menos regularidad. Legendarias son ya aquellos días que pasábamos 5 horas en su terraza... cosas de jóvenes. Se trata de una cervecería con mayúsculas, el paraíso cervecero con más de 100 referencias, todas servidas en su copa reglamentaria y de manera experta por los camareros.


  La Fakutad "original" se encuentra en la calle Murillo, aunque a medida que el negocio crecía ha ido poniendo más "sucursales" en la misma calle y en la avenida de la Constitución.



  Además de la cerveza, o más que la cerveza, lo que nos gusta a los españoles (o a los toledanos, por lo menos) es el "pincho", el aperitivo gratuito con que se acompaña la bebida. En cuanto a pinchos la Fakultad no tiene comparación: huevos fritos con patatas; bocadillos de calamares, lomo, bacon o tortilla; alitas de pollo; pinchos morunos; sandwiches; hamburguesas; perritos calientes; morcilla; croquetas; pisto...
  Los fines de semana suele estar lleno, pero la atención es rapidísima y casi personalizada. En nuestro caso, en cuanto entramos por la puerta el dueño o los dos camareros mas antiguos nos levantan dos dedos como haciendo el signo de la victoria... No estamos locos, quiere decir que si queremos lo de siempre, dos Coca Cola light.
  El precio de los refrescos es más que correcto: 2 euros. Lo que te cobran en cualquier taberna.

  En resumen, un sitio al que hay que ir sí o sí. No puedes ir a Talavera y no conocerlo.

domingo, 18 de enero de 2015

Palacio de Canedo, maceración carbónica

  El vino que hoy nos ocupa es "Palacio de Canedo mencía maceración" de bodegas Prada a Tope.


  Es un vino de la D.O Bierzo, elaborado con variedad de uva Mencía, pero con con el plus que proporciona ser un vino procedente de la agricultura ecológica y que además esté elaborado mediante la técnica de maceración carbónica. Mientras que en la fermentación tradicional la uva es aplastada para que se mezclen los azúcares con las levaduras presentes en el hollejo y dé lugar al vino con su etanol, en la maceración carbónica las uvas se amontonan en el lagar sin despalillar ni estrujar procurando que la uva esté lo más intacta posible, de este modo la fermentación se produce en el interior de cada uva. Posteriormente este mosto se puede embotellar o seguir con la vinificación tradicional. 
  Este vino, fiel a su origen, es un vino muy frutal ("zumo de uva" llaman algunos a los vinos así elaborados en tono despectivo) con recuerdos de fruta rojas principalmente. En fase visual es un vino de capa media baja rojo picota con ribete casi violáceo y el paso por boca es suave con taninos muy finos y poca acidez. Final corto. 

  Todos los años se realiza una fiesta en las bodegas Prada a Tope para dar la bienvenida al primer mencía del año y acude un "pregonero" de lujo. Este año ha sido Miguel Ángel Revilla. 


  En nuestra cena acompañamos este vino de un solomillo de cerdo albardado con beicon y patatas panaderas. Si a eso le unimos la compañía de nuestros amigos Arantxa y Jesús, que fueron los que nos regalaron el vino, la cena no pudo resultar mejor.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Mercedes y Manuela, el bar de Ali


  En Torrijos solo hay dos o tres sitios a los que somos fieles desde hace 14 años (o más). La pizzería Mardel (que ya tiene su entrada en el blog) y el sitio al que acudimos siempre que el trabajo y demás azares de la vida nos lo permite: Cafetería Mercedes y Manuela.

  La dueña de esta cafetería, por cierto, no se llama ni Mercedes ni Manuela, sino Alicia y ha sabido atraerse hacia si a una clientela fiel que la ha acompañado desde sus inicios en el Mesón Iniesta, más tarde en el Chiscón del Alquimista y desde hace unos años en la citada cafetería frente a la Plaza de los Descubrimientos.


  La ubicación en la zona del centro de salud, el juzgado o los supermercados hace que por las mañanas sea una cafetería en la que tomar el mejor café de Torrijos (de la marca Camali, por cierto), tostadas de "pan.-pan" en sus diferente variedades (con aceite, tomate, mermelada, paté), cruasanes de generoso tamaño o bocadillos y montados igual de generosos.


  El gran atractivo del Mercedes y Manuela es su terraza, sin duda de las más fresquitas de Torrijos y en la que uno puede relajarse sin agobios con un buen granizado de limón natural que Alicia prepara al momento, cañas y jarras de cerveza heladas o si (como nosotros) echas el ancla y acampas allí tarde y noche, puedes cenar desde una hamburguesa XXL hasta una ensalada pasando por toda clase de raciones y bocadillos.

  Si lo que prefieres es tomarte una copa tranquilo, aquí te la puedes tomar con la tranquilidad de saber que el alcohol es de calidad. Si eres aficionado a la ginebra (como un servidor) puedes tomar desde las clásica Beefeter o Tanqueray, pasando por las "premium" Hendriks o Gin Mare o la gallega Nordés.





  El bar de Ali es mucho mas que desayunos, es el bar "total". Vayas a desayunar, a tomar el aperitivo, la merienda, a picar algo o a tomar una copa, siempre habrá alguien que te conoce o a quien conoces, porque el Bar de Ali es sin duda el Cheers de Torrijos:
"Sometimes you want to go 
Where everybody knows your name, 
and they're always glad you came..." 

domingo, 7 de diciembre de 2014

De tapas en el Cuchifrito



  Los que tenemos cierta edad conocimos el esplendor de la zona de la Avenida de Europa en Toledo gracias al centro comercial Zoco Europa. Después del intento fallido del centro comercial Buenavista (justo enfrente de la comisaria de Policía) parecía que este centro comercial había calado entre los toledanos y que tendría una próspera y larga vida. Evidentemente, no fue así.

  De aquella época, además de los multicines, recordamos el restaurante Abrasador, el restaurante Acrópolis, la cafetería Gressy, la tienda de "chuches" Pica Pica... Todos ellos dentro del centro comercial. Pero además, en los aledaños estaban el restaurante Zapico (ahora en Bargas), la cafetería Da Vinci (ya cerrada) y los locales que todavía permanecen: la pizzería Pastucci, el restaurante chino Amanecer Rojo (muy venido a menos) y el bar-restaurante que hoy nos ocupa: el Cuchifrito ibérico.


  La primera vez que fuimos al Cuchifrito, lo recuerdo perfectamente, fue con mi suegro. Era un viernes, mi mujer (entonces novia) volvía de la universidad en el Continental y su padre nos llevó a probar el cuchifrito (con mayúsculas y con minúsculas). Después hemos vuelto muchas veces más y siempre a tapear.

  El Cuchifrito esta frecuentado mayoritariamente por vecinos del barrio aunque también hay incondicionales que acuden más o menos regularmente desde otros pueblos cercanos. Tienen una buena selección de vinos por copas o botellas y algunas cervezas artesanas como Domus o Socarrat, para aquellos que rehuyen la cerveza de barril (bien tirada, eso sí).

  Las tapas del Cuchifrito son muy abundantes y consisten básicamente en embutido ibérico (chorizo, salchichón y cabecero de lomo); queso, lacón, jamón, patés y últimamente tomate aliñado y ensaladilla. Todo acompañado por picos camperos o pan tostado. 



  Si te apetece comer algo más que la tapa gratuita servida con la bebida, yo recomiendo lo que ellos llaman "tapa rápida". Ésta puede ser de queso de cabra con membrillo, presa adobada, chorizo frito o salmorejo; también acertarás con cualquiera de sus "pulgas" (medios bocadillos). 


  También tienen una carta de raciones, tostas y ensaladas en la que no nos hemos prodigado porque los precios no son precisamente asequibles. Es un local pequeño por lo que los fines de semana es difícil encontrar hueco, y mucho menos si juega el Madrid.

  En definitiva, es un sitio recomendable por la calidad de sus productos y por el servicio, siempre muy atento y por la facilidad para aparcar (que eso en Toledo no es cualquier cosa).

miércoles, 29 de octubre de 2014

Toledo "por Peineta"



  Toledo es universal, y por ello me siento un poco ridículo repitiendo lo que se ha dicho ya hasta la saciedad: ciudad de las Tres Culturas, cristiana, árabe y judía; ciudad abrazada por el Tajo; Capital de Imperio con Carlos V; El Greco, Garcilaso; De Rojas Zorrilla...

  Toledo se divide en tres grandes zonas: el "casco" (la zona mas turística); Santa Bárbara, el polígono, y lo que los toledanos llaman "abajo", es decir, todo lo que se encuentra fuera de las murallas y no se corresponden con las anteriores: Santa Teresa y Buenavista, principalmente. Además del entorno de los Cigarrales. No es una ciudad cómoda para turistas ni mucho menos para los propios toledanos.
  El casco con sus calles estrechas y laberínticas confina a los turistas en un espacio donde abundan los restaurantes, bares, cafeterías, tiendas de recuerdos y pastelerías, de los que es prácticamente imposible escapar. En este entorno es donde algunos empresarios sin escrúpulos hacen su agosto "desplumando" a los turistas: "al ave de paso, cañazo" ha sido durante mucho tiempo el lema de estos restaurantes.
  Sin lugar a dudas, el "restaurante" que mas vende en Toledo es el McDonalds de la plaza de Zocodover; después hay un puñado de grandes restaurantes que han dado fama a la cocina toledana (Adolfo, Casón de los López de Toledo, Locum...) y por último hay una nutrida lista de restaurantes que yo califico como "malos y caros". Vamos, que no existe la clase media que tanto abunda en otras zonas de España.



  Hoy en día no se entiende un negocio sin presencia (y buena reputación) en la Red, y así fue como dimos con el Restaurante Taberna La Peineta, que es el restaurante que hoy nos ocupa. La Peineta se encuentra en la calle Nuñez de Arce, justo enfrente del Palacio de Congresos (que siempre será "el Miradero" para los toledanos) y a un paso de Zocodover.


  La decoración trata de imitar a las clásicas tabernas andaluzas: pizarras con los manjares, fotos de folclóricas (en este caso en versión Pop Art), música flamenca... pero ni es el sitio, ni tiene solera, por lo que resulta un poco impostado.
  Hemos estado dos veces, siempre entre semana, y el precio del menú es de 8.50 euros, con bebida, pan y postre incluido. No es esto una cuestión baladí, ya que se está imponiendo últimamente la "letra pequeña" en los menús, en los que descubres que el postre o la bebida suma un par de euros al total. Atiende, con bastante diligencia, un solo camarero el comedor y la barra. Pese a todo la comida llega con rapidez a las mesas.


  De primero tomamos ensaladilla con caballa y salmorejo. La ensaladilla bastante buena de sabor y punto de la patata, con un tamaño adecuado (y más para su precio) y "coronada" con unas lascas de caballa. El salmorejo solo lleva tomate, pan, ajo, aceite y vinagre... por lo que el "salmorejo" era en realidad gazpacho ya que se notaba el pimiento y quizás pepino. Como el salmorejo "canónico" iba decorado con jamón, huevo duro y un chorrito de aceite de oliva.


  Para los segundos platos optamos por el solomillo de cerdo y los calamares a la andaluza. El solomillo fue sin duda el mejor plato de la comida: tres pequeños medallones en su punto y muy tiernos, sobre patatas panaderas y regados con salsa de queso. Los calamares a la andaluza con un buen punto de fritura, ni demasiado tiernos ni duros, y acompañados de una cazuelita de pisto. Un segundo "resultón".



  De postre pedimos tarta de chocolate y pudin. La tarta de chocolate de factura industrial, la típica de menú, pero buena no obstante y adornada con sirope de chocolate y una de las plagas de este siglo: la "nata" en spray. El pudin, en cambio sí que parecía casero, jugoso y también decorado con sirope y nata.

  Aunque de primeras el tamaño de los platos en relación a la comida hace que parezca insuficiente, realmente no es así y terminas satisfecho. 
  El menú de 8,50€ es muy cerrado. Siempre son los mismos platos. Por lo que para ir muy a menudo no es aconsejable. Sin embargo por 12 euros puedes pedir de segundo el pescado o la carne del chef.

  En resumen, una comida muy digna a un precio increíble... y más tratándose de un sitio tan turístico como Toledo. Para repetir sin duda.



viernes, 12 de septiembre de 2014

Protocolo: Un "vinazo" para todos los días



  Como siempre los vinos vienen a mi (o voy yo a ellos) por casualidad, por azar, por que sí, vamos. En este caso concreto, la elección de este vino fue por descarte.
  Entre los vinos escritos con tiza en la pizarra del bar estaban los clásicos Cvne y Finca Constancia; el verdejo (así en general) el rosado de la Tierra de Castilla Barbarosa y dos desconocidos para mi: Protocolo tinto también de la Tierra de Castilla y Melior tinto de la Ribera del Duero. Al final, aconsejado por mi amigo Félix opté por el Protocolo... y acerté (o acertó).



  La denominación Vinos de la Tierra de Castilla es la vía para comercializar los vinos de Castilla - La Mancha que no están adscritos a las Denominaciones de Origen existentes pero que por su calidad tampoco encajan en los denominados vinos de mesa o en los mas recientes y restrictivos "vinos de Pago".
El Protocolo tinto 2013 es un vino elaborado por la familia Eguren en sus bodegas de Villarta en la provincia de Cuenca. La familia Eguren, originaria de La Rioja, lleva mas de 100 años elaborando vino, primero en sus viñedos al abrigo de la Sierra de Cantabria y posteriormente en la zona de Toro y Cuenca.
  Es ese Protocolo un vino joven monovarietal 100% tempranillo, color rojo rubí con ribete casi morado. En nariz se muestra muy frutal, sobre todo nos evoca a frutos rojos. El paso por por boca es sedoso con una acidez y taninos muy suaves y afinados. Final corto con recuerdos especiados.
  Nada mas probarlo me convenció y parece que no fui al único: 87 puntos Parker; incluido en el Top 100 de las mejores compras calidad/ precio para Wine Enthusiast y Decanter lo incluyó como una de las mejores 30 compras para Navidad...
  Vamos, que viene bien avalado.





  El precio, por supuesto, es otro de sus grandes atractivos. Todavía no lo he visto en los supermercados que frecuento, pero en paginas de venta de vino online su precio oscila entre los 2.80 y los 3.40 €.
 
En definitiva, estamos ante un vino muy bien hecho, con una relación calidad/ precio magnífica y que nos permite huir de las D.O típicas.